veinte viviendas autoconstruidas en La Lantejuela, Sevilla
Blanca Sánchez Lara - 2º premio arquitectura con termoarcilla

Obra realizada con Termoarcilla PROCERAN
Sobre la explanada de un antiguo campo de fútbol, situada en las afueras del pueblo, el planeamiento prevé la construcción de tres manzanas de viviendas adosadas. El conjunto se conecta con el núcleo urbano por una calle que, trazada sobre un antiguo camino, discurre entre tapias, edificaciones agrícolas y campos de cultivo. La manzana más alejada de la población ha sido puesta a disposición por el ayuntamiento para la construcción de veinte viviendas a ejecutar por los futuros usuarios de las mismas.
La ausencia de referencias urbanas, ala absoluta planeidad del terreno y la convivencia, dadas las peculiares características de la gestión de la obra , de utilizar un único tipo de vivienda de sencilla ejecución y que, a la vez, se adaptara de manera adecuada a las distintas situaciones intermedias y de extremo de las hileras de viviendas, son aspectos que determinaron la orientación del proyecto. La intención de dotar de acceso para vehículos a todos los patios traseros de las viviendas sin renunciar al carácter unitario de la manzana previsto por el planeamiento, proponiendo la creación de un espacio interior de cada colectivo. Se han dispuesto cuatro hileras de 8 – 2 8-2 viviendas, de manera que cada una de ellas presenta uno de sus testeros en cada una de las esquinas de la manzana, iniciando así la alineación del frente de la siguiente hilera. En planta esta disposición, reforzada por la agregación no parcelada de las viviendas, recuerda el movimiento de un molinillo de viento.

Como resultado se ha obtenido un espacio interior desde el que se accede a los patios traseros de las viviendas y cuatro ingresos, uno desde cada una de las cuatro calles que definen la manzana. De esta manera se ha preservado el carácter unitario e integral de la operación, a la vez que se han incorporado en su interior episodios “urbanos” en un entorno caracterizado por la ausencia de los mismos.
Dada la limitada superficie de las viviendas y la necesaria sencillez de su ejecución, se ha optado por resolver cada vivienda mediante la disposición de dos crujías perpendiculares a fachada que, desplazadas una sobre otra, permiten reducir los espacios de circulación y distribución en beneficio de las distintas dependencias.
Este desplazamiento entre crujías permite dotar a las viviendas de un pequeño patio de ingreso desde la calle y diferenciar las zonas de aparcamiento y jardín en el patio trasero, Un eje central de circulación conecta la calle con el patio trasero permitiendo el acceso a habitaciones situadas a uno y otro lado del mismo. Ese sencillo esquema posibilita el futuro crecimiento de la vivienda, aspecto demandado desde el encargo.