reforma y ampliación del colegio Nuestra Señora de Begoña. Bilbao.
José Manuel Blasco Blanco, Arellano Yangüas Blasco. Arellano y Asociados.

Esta obra, sucedió como pasa en la mayoría de las grandes obras, por pequeñas cosas.
La propiedad, llamó nuestra atención sobre una serie de discretas intervenciones o reformas en uno de sus colegios, en este caso, Bilbao. Al acercarnos a conocer el edificio, descubrimos que no era un edificio sino un conjunto ecléctico y heterogéneo que había ido evolucionando a lo largo de la historia. Nos encontrábamos entonces en la oportunidad de contribuir, minimamente, en la historia del colegio Nuestra Señora de Begoña en Indautxu. Lo que empezó como la reforma de un sótano, el arreglo de un patio y una nueva cubierta para uno de los edificios, acabó derivando en una reestructuración total, una colmatación con un nuevo programa de la manzana.
Lo primero que tuvimos que realizar fue una labor histórica de análisis de la manzana y de las partes que la comprendían.
El resultado esquemático sería el siguiente:
En 1921 se funda el colegio Nuestra Señora de Begoña, localizándose en ese momento en el chalet de Allende. En 1922 el colegio hace compra de terrenos que permite al arquitecto José Mª de Basterra la creacción de un edificio de colegio propiamente dicho.
En 1930, el mismo arquitecto, amplía su primera construcción, con la necesaria iglesia. Tras los periodos revueltos de la republica y la guerra civil, se retoma en 1940 el desarrollo de la manzana a cargo en este caso de Ricardo bastida, que realiza el pabellón “Díaz de Haro”
En 1946, se crea un edificio a otro lado de la manzana conocido como la “química”, este edificio albergó, durante bastante tiempo laboratorios y aulas que desarrollaban la actividad que le dio nombre.
En 1947, Ricardo Bastida, realiza el retablo del altar mayor de la iglesia.
En 1951, el entorno sufre una transformación impuesta por el desarrollo de Bilbao en esa época, que es la apertura de la calle Simón Bolívar. Este nuevo trazado consolida la manzana en la forma en que la conocemos hoy en día.
En 1960, José María Sainz de Aguirre realiza, las últimas intervenciones importantes del siglo XX, en la manzana de Indauxu. Estas son el edificio “Urquijo”, el frontón, la decisión de bajar el patio 3 metros con respecto al nivel de la calle y el pabellón deportivo “Areiza”, cuyo estado hoy en día, es uno de los detonantes de la intervención.
Este desarrollo histórico es el que nos encontramos cuando tenemos que intervenir en el. Una serie de edificios independientes entre si conectados únicamente por el patio, consecuencia lógica de los distintos usos y tiempos que ha vivido el colegio.

Hoy en día tenemos unas necesidades y exigencias de programa para ahora y para el futuro que podríamos resumir en lo siguiente: estudios mixtos, con edades extendidas y necesidades de espacio distintas, nuevas tecnologías, aislamiento entre las distintas áreas educativas, aislamiento entre el alumnado y profesorado de distintos ciclos, las famosas actividades deportivas extraescolares y la inclusión de horarios lectivos nocturnos. Todo esto sumado al deficiente estado del pabellón deportivo “Areiza”, hace que la reforma, se sitúe en los siguientes puntos:
El primer valor que encontramos, mantenemos y potenciamos, es el gran patio de juegos de la manzana, pero al necesitar conectarse los elementos lectivos, más el nuevo programa de aulas necesario, la solución que se brinda, es un edificio puente, de tres plantas y con patio en la cubierta, entre el edificio de la química y el original de Basterra a 8m. de altura del patio, de esta manera logramos conectar internamente todos los espacios de aulas entre si a través de una circulación de anillo, sin ocupar el ni dividir el mencionado patio.
Estos dos edificios, así como todas las reformas internas, nacen del estudio del lugar, el programa, nacen de reflexiones, es decir es la idea que ha mandado a la técnica, es la tecnología la que se ha sometido a la idea para resolver todos los conflictos que suponía este proyecto.
Nos gustaría pensar, que nuestras intervenciones han puesto punto y final a la historia constructiva de Indauxu, pero sabemos que no es así. Sabemos que dentro de unos años, solo seremos parte integrante de la lista histórica de intervenciones de la manzana, solo esperamos, que estas intervenciones en el futuro se juzguen tan acertadas como nos lo han parecido en el presente.
Texto de Manuel Blasco Blanco